¿El primer Inca abatido por un disparo?
Investigadores peruanos han descubierto los restos de quien podría ser la primera víctima indígena por arma de fuego en Perú durante la conquista española del Nuevo Mundo, lo que abre la posibilidad, según apuntaron, de que haya que "reescribir" ese periodo de la Historia. Guillermo Cock, el arqueólogo al frente de la excavación, explicó en una teleconferencia en Washington que el hallazgo de 483 fardos funerarios en el suburbio limeño de Puruchuco revela detalles que contrastan con las versiones de los cronistas de la conquista del Nuevo Mundo.
El equipo de investigadores concluyó que la mayoría de las víctimas en esos fardos murieron de manera violenta por heridas de armas tradicionales, como hachas de piedra, y seguramente quienes los mataron fueron otros indígenas. Al parecer, los indígenas del poblado de Guailas, en su descontento con la dominación inca, se aliaron con los españoles gracias a la intercesión de la concubina del conquistador español Francisco Pizarro, la princesa inca Inés Huaylas."Vamos a tener que mirar a la historia como un proceso mucho más complejo, no tan simple como que un pequeño grupo de españoles fue capaz de dominar todo el imperio inca", dijo Cock.
El cementerio de Puruchuco, que se descubrió en 2004 cuando comenzaron las excavaciones para la elaboración de una avenida en los suburbios de Lima, es una prueba fehaciente de que realmente se produjo el Cerco de Lima, que significó la muerte del líder de los incas rebeldes, Quizo Yupanqui.Según Cock, para los españoles de Pizarro, la batalla tras el Cerco a Lima fue especialmente importante puesto que les supuso la victoria que necesitaban tras varias derrotas contra el poderoso imperio inca. Los cuerpos encontrados, que datan de agosto de 1536, han servido a los arqueólogos para arrojar luz sobre varias cuestiones históricas inciertas y constituyen uno de los más interesantes hallazgos sobre la cultura inca de los últimos años por varios motivos."Es la primera vez que descubrimos un cadáver con un agujero causado por el impacto de una bala de arcabuz, las armas que utilizaban los conquistadores españoles en el siglo XVI", explicó Cock.
Uno de los detalles que más sorprendió a los arqueólogos es que los cuerpos no estaban enterrados según el rito inca, que establece una metodología muy concreta para el enterramiento de los difuntos.Algunos de los fardos funerarios encontrados en la excavación. (Foto: AFP)"Los fardos funerarios estaban muy cerca de la superficie, no estaban orientados hacia el noroeste, estaban envueltos en simples telas y no como exigen los ritos funerarios. Además, no tenían ofrendas", explicó Cock. El especialista señaló como causa de esta falta de rigor en los enterramientos el "apuro de los momentos posteriores a la batalla y el temor de los incas a ser encontrados enterrando a los suyos".
Pero también quiso señalar el impacto que tuvo la casi total desestructuración de la sociedad inca tras la conquista española de Lima y la posible desaparición de los especialistas en ritos funerarios. El equipo de arqueólogos descubrió que cerca de 35 de los cuerpos encontrados no mostraban signos de violencia, por lo que concluyeron que seguramente serían víctimas de enfermedades europeas que viajaron al Nuevo Mundo, tales como la gripe, la viruela, o incluso simples resfriados.Las víctimas eran todos indígenas, su media de edad estaba entre los 18 y los 24 años, e incluían a dos o tres mujeres incas, según los análisis de la investigación. Para explicar su presencia, el arqueólogo peruano explica que debían formar "parte del ejército, como las rabonas, o participaron para defender a sus maridos o hermanos, o puede que murieran a manos de los conquistadores repletos de adrenalina al final de la batalla".
Curiosamente en la excavación no se encontraron armas, quizás porque fueron incautadas por los españoles o escondidas por los mismos incas por si tenían que volver a utilizarlas, razona el experto. Cock, que calificó el hallazgo de "fascinante", hizo hincapié en que las investigaciones siguen en curso y que no descarta el descubrimiento de nuevos detalles sobre este cementerio en el futuro. El proyecto, que comenzó en 2004, está financiado por la prestigiosa fundación National Geographic.
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Chico Troodon -