Las Chimpacés infanticidas
La conocida primatóloga Jane Goodall se quedó horrorizada cuando las chimpancés Passion y Pom, madre e hija, atacaron a otra hembra con su cría de tres semanas, para arrebatársela, darle un mordisco mortal en el cráneo, y posteriormente practicar canibalismo. El comportamiento de las dos hembras asesinas de la selva de Gombé, en Tanzania, se repitió cuatro veces más en los años 70, hasta que Goodall decidió intervenir gritando y lanzando piedras para evitarlo. La primatóloga fue la primera persona en observar ese comportamiento tan violento entre hembras, y creyó que la pareja infanticida tenía alguna patología.Pero 30 años después, biólogos de la Universidad de St Andrews, en Escocia, han descubierto que el infanticidio provocado por hembras entre los chimpancés podría formar parte del comportamiento social de estos primates tan evolucionados y tan próximos al Homo sapiens.En la selva de Budongo, en Uganda, han sido testigos presenciales de uno de estos casos, y tienen constancia de otros dos, ocurridos en poco más de dos años entre una población de primates de 75 individuos.
En todos los sucesos se requirió la colaboración de varias hembras, que mostraron una excepcional agresividad en su normal comportamiento social pacífico, aunque no hubo canibalismo, según relatan los autores en la revista 'Current Biology'.El caso más claro fue contra una hembra extranjera con una cría de una semana. Las seis atacantes primero golpearon y mordieron a la madre que intentaba proteger a su cría y posteriormente le arrebataron el bebé, al que una chimpancé atravesó el cráneo y el cuello de un certero mordisco. La madre no ha sido vista más. Durante las agresiones, varios machos trataron individualmente de impedirlas, aunque sin mucho ímpetu, por lo que los infanticidios se consumaron.No hay ninguna hipótesis definitiva sobre lo ocurrido, pero a partir de ahora habrá que incluirlos entre las costumbres de estos grandes simios. No obstante, los investigadores apuntan como una probable causa la llegada de 13 hembras a la colonia en los últimos 10 años, que ha desequilibrado el balance entre sexos. Ahora hay un macho por cada tres hembras, por lo que la competitividad sexual puede estar detrás de estas mujeres fatales que expulsan a las rivales matando a sus crías.
3 comentarios
Xenesis -
lo vi en walking with dinosaurs
DinoDetective -
Javier -
saludos!!