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¿Por qué bostezamos?

El comportamiento contagioso del bostezo sigue siendo uno de los misterios de nuestra vida. La naturaleza del bostezo resulta tan cautivante, que existen múltiples teorías desarrolladas al respecto. Algunas de ellas incluso han sido financiadas por proyectos de investigación gubernamental. En el año 2005, un estudio sobre el cerebro del gobierno finlandés, confirmó que el contagio del bostezo es en gran medida inconsciente. Este nuevo estudio fue también el primero en reconocer un signo neurofisiológico del contagio del bostezo: la desactivación de una parte del hemisferio izquierdo del cerebro. Esta zona del cerebro ha sido relacionada con el análisis de las expresiones faciales inconscientes. De cualquier manera, los investigadores son los primeros en afirmar que estos descubrimientos aún no son lo suficientemente claros en la actualidad.

Otras teorías que se han planteado son las siguientes:

La teoría fisiológica – De acuerdo con esta escuela de pensamiento, nuestros cuerpos nos inducen al bostezo para obtener más oxígeno o para eliminar un exceso de dióxido de carbono. Esta teoría se sostiene para explicar por qué la gente bosteza en grupos. Sin embargo, la misma teoría se derrumba cuando nos damos cuenta de que las personas no bostezan al realizar ejercicios físicos.
La teoría de Boredom – Aunque habitualmente bostezamos cuando nos aburrimos o nos cansamos, esta teoría también nos explica por qué bostezamos en público, a sabiendas de no dar muy buena impresión.
La teoría evolutiva – Algunos creen que el contagioso bostezo de los humanos está relacionado con el instinto de los animales de mostrar sus dientes como muestra de intimidación y territorialidad.
El psicólogo Dr. Robert Provine de la Universidad de Maryland, está totalmente en desacuerdo con la teoría fisiológica aunque no descarta ni la teoría de Boredom ni la teoría evolutiva. En sus pruebas, este experto descubrió que las personas no bostezaban a menos que se incrementara su oxígeno adicional. La disminución del dióxido de carbono en el ambiente tampoco evitaba los bostezos. Para sus estudios, incluso grabó las bocas cerradas de sus pacientes. Todos ellos podían bostezar inmóviles pero se sentían insatisfechos aún cuando respiraban todo el oxígeno que necesitaban a través de su nariz.
Así pues, no hay escasez de explicaciones en cuanto a por qué bostezar resulta contagioso. Pero mientras que la conclusión no sea definitiva, el bostezo parece predestinado a mantenerse bajo un halo de misterio.

Después de leer todo esto ya me dieron ganas de bostezar ( aaaaaoooooooooomm )

 

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